9 de septiembre de 2010

003 - SHINING FORCE 2


Dragon Quest, Phantasy Star, Final Fantasy, Fire Emblem
… No se pueden considerar precisamente pocos los juegos de Rol que aparecieron desde los tiempos de Master System y NES; no obstante, merece la pena pararse a escribir sobre aquellos que llegaron a destacar por encima del resto.

A decir verdad, y muy a mi pesar, Sega MegaDrive no fue precisamente un sistema prolífico en RPG’s, no en comparación con Super Nintendo. Bueno, tuvo sus juegos de peso: Light Crusader, Soleil, Story of Thor, Landstalker, Arcus Odissey y otros tantos que no llegaron a salir de Japón por el siempre necio y segregacionista “En Occidente no gusta lo de Oriente”, pero seguían siendo demasiados pocos en detrimento de SNES.

Sin embargo, tal evidencia fue maquillada por SEGA gracias a sus franquicias, calidad por cantidad, a dos en concreto que le aguantarían el pulso a Nintendo hasta acabar mitificándose con el paso del tiempo. Una fue Phantasy Star… La otra la tenéis delante.


Título: Shining Force 2
Plataforma: Sega Megadrive (Genesis)
Año: 1994
Distribución: Sega
Desarrollo: Climax Entertaiment / Sonic!

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Realmente, y tal como pasaría con el primer Shining Force, no puedo prometer ni prometo hablar de este juego objetivamente. Este RPG táctico abarca un extenso trocito de mi vida como para andarme con moderaciones. Guardo actualmente tanta presencia de este cartucho que incluso a él le debo mi habilidad presente de encontrar celdillas, quiero decir espacios libres, en el tren o en el metro cuando este está hasta la bandera, sin duda una capacidad adquirida y heredada del Shining Force 2. Son tantas las repercusiones y el condicionamiento creado que ni su mera sinopsis me cabría en este blog.

A él le debo mis sólidos inicios en la lengua de Shakespeare, y es que mi inglés no empezó a apuntillarse en las academias de mi barrio pese a los intentos de mis padres, sino a raíz de trillar este título hasta lo intrillable y a la necesidad / querencia de querer ahondar en su argumento (en perfecto ingles evidentemente). Sonará peligrosamente friki, pero poco a poco tu cabeza iba a amoldándose a pensar en ráfagas y a mandar impulsos neuronales por turnos, hasta el punto de querer decirle a alguien: “No me alcanzas con tu mierda, espera tu turno, avanza casillas, y quizá entonces, sólo entonces, te perciba”.

Aún recuerdo, en aquel septiembre del 94, el día en que mis padres, coacción mediante, me lo regalaron por mi cumpleaños, y de toda esa ristra de impaciencia mal llevada previa a tal suceso. Dos semanas después de aquello, ya me había pasado el juego, para seguidamente volverlo a comenzar, pos supuesto. Al cabo de un tiempo perdí la cuenta de todas las veces que lo había llevado a su final, por tanto, no es falso o exagerado decir que lo recuerdo casi todo de este juego: Personajes, monstruos, armas, objetos, serenatas e incluso líneas de dialogo.



Las comparaciones son odiosas


Shining Force fue la respuesta de Sega al, también bueno pero no tanto, Fire Emblem de Nintendo (en aquellos tiempos todo era acción y reacción). Cuando los ponías uno al lado del otro era absurdo obviar sus similitudes. En ambos existía la posibilidad de obtener una gran cantidad de personajes a los que reclutar, entrenar, y finalmente confrontar y además compartían el mismo régimen bélico confinado en escenarios propuestos a base de grids, es decir, campos de batalla dispuestos en cuadrículas y atiborrados de sprites en movimiento. Es cierto que también presentaban ciertas discrepancias pero verdaderamente no hacía falta ser un genio para deber de donde sacó Shining Force la inspiración.

No obstante, y en mi opinión, he de decir que lejos de tratarse de un simple Rip Off, Shining Force 2 consiguió superar a su maestro y dar con la fórmula perfecta para crear un RPG de estrategia de tal calibre que acabaría marcando la pauta de los SRPG’s venideros.

En cuanto a la propia franquicia, Shining Force 2 presentaba mejoras en todos los aspectos del juego respecto a su predecesor (bueno, en casi todos) mientras que se mantenía intacta la base del juego. SF2 te proponía un mundo más amplio, viajes entre continentes, la posibilidad de volver a inspeccionar lugares que ya habías visitado antes, más monstruos y más pomposidad en las batallas. Además se añadieron nuevos efectos, tales como aquellas animaciones en combate que saltaban cuando tu personaje o el enemigo de turno lograban esquivar un ataque. El único aspecto en el que Shining Force 2 era peor que su antecesor era en el argumento.



La Historia

En el juego encarnabas, por defecto, a un tal Bowie (nombre estúpido donde los haya), un churumbel que vivía sosegadamente en el Reino de Granseal, arrastrando esa arquetípica y ociosa vida que suelen tener los héroes de los videojuegos antes de que los hados les señalen como héroes. Eso si, el chico estudiaba bajo la tutela de Gandalf, quiero decir: Sir Astral. Eran tiempos de paz, pero entonces, en mitad de una oscura noche de tormenta, a un pariente lejano y épico de Fievel le dio por robar las Dos Joyas de la Torre de los Antepasados, y fue esa reprochable acción la que desencadenaría una colección de extraños sucesos que concluirían con la resurrección de Zeon, el Rey Diablo.

Total, el Rey de Granseal caía enfermo y se volvía lánguido y del Atleti, raptaban a la princesa, conocíamos a un Gizmo un tanto diferente al que hasta entonces todos teníamos en mente, y se abrían los portones hacia Arc Valley, morada del Rey Diablo.

Era mucha tela, y mucho cliché, pero no teníamos porqué preocuparnos pues el joven espadachín Bowie se iba a alzar heroico ante el peligro que se cernía sobre el horizonte e iba a comenzar a capitanear a la Shining Force en pos de la Espada Sagrada, las Joyas robadas y dar buena cuenta de las falanges invasoras de Zeon.



La Shining Force


El juego en si, comparado con otros lanzamientos de la época, era enorme, colosal en cuanto a amplitud y en cuanto a staff. Contaba con 30 personajes en total (29 si sorteamos a esa cruel broma del destino llamada Kiwi -la tortuga -), con hasta un máximo de 12 seleccionables para manejar en las batallas; si además teníamos en cuenta que algunos de ellos podían ser evolucionados (si dabas con los elementos que hacían disponibles las “Secret Classes”) las posibilidades eran inmensas. Será por semejante cantidad de protagonistas activos que, al igual que ya pasara con el primer Shining, nunca se llegara a profundizar del todo en el desarrollo y en la psique de cada personaje, aún así considero que los guionistas hicieron lo suficiente como para dar relieve a sus personalidades y acabar formando un elenco con bastante encanto.

Por cierto, echadle aproximadamente 30 horas de duración al juego si vuestra intención era reclutar a todos ellos y elevarlos de rango, porque algunos permanecían ocultos en el limbo a la espera de ser alistados en tu batallón o a que les hicieses tal favor para poder así unirse a tu causa, y diré, pro experiencia, que nunca te dabas por satisfecho hasta hacerte con todos (me vienen a la mente Jaro, el Caballero Pegaso y Claude, el Golem).



Las Batallas

Eran, sin duda, lo mejor y lo más apasionante de Shining Force 2, pues cada una de ellas requería diferentes estrategias para poder ser completadas con éxito. En evolución al primer episodio de la saga, a parte de los golpes críticos y las evasiones, teníamos la posibilidad de conjugar ataques dobles y contraataques, con lo cual había más aspectos a tener en cuenta a la hora de proyectar tu táctica. Además había nuevos hechizos añadidos respecto a su predecesor.

Los combates consistían en desplazar a tus unidades a modo de tablero de ajedrez hasta que lograbas derrotar a todos los enemigos o a su líder. Tu adelantabas a tus personajes a través de las celdillas del terreno y el enemigo hacía avanzar a los suyos, hasta que se encontraban y se reunían en lo que venía a ser la pretendida tangana (cuanto impacientaba a veces esta concretación), era entonces cuando empezaba el intercambio de ostias en bucle, hasta que alguno de los dos bandos cayera. Simple pero eficaz.

Además, la promoción y el sistema de nivelación de los personajes se perfeccionaron respecto al original, o mejor dicho, se arreglaron. Al igual que en su antecesor necesitabas 100 puntos de experiencia para subir de nivel, pero esta vez no perdías los puntos ganados que hubieran superado la marca de 100, como antes, porque aquello era una puta sangría de Exp. Points.

Por tanto la subida de nivel era más rápida, y más sensata, que de eso se trata, de ser más equilibrados.



Mejoras

Volviendo a las comparaciones con Fire Emblem, SF2 daba paso a la exploración del mundo, lo cual te permitía charlar con NPC’s y encontrar tesoros. Tener un mundo en tus manos no era algo absolutamente obligatorio para que se diese un gran juego (Fire Emblem mismamente), pero realmente agregaba y le añadía atmósfera.

Los NPC’s de SF2 también resultaban un tanto llanos y vacíos, y el mapeado no es que estuviese exactamente colmado de secretos o minijuegos, pero bastaba para extirpar la sensación de lineabilidad con la que se anegaban la mayoría de los SRPG’s de la época.

A parte, en su conjunto, los personajes, el mapa y los gráficos de fondos habían mejorado muchísimo y parecían realmente mejores y más variados que en el primer juego, lo cual significaba que cada localización tuviera al menos cierta personalidad propia. Buenos ejemplos eran Pacalon y Tristán.

Por cierto, gran guiño a la mascota de SEGASonic – a modo de secreto cuando tras vencer por fin a Zeon en la batalla final jugabas una batalla extra en un mapa que resultaba ser la figura del Erizo.



Los Peros

Efectivamente, Shining Force 2 tenía dos peros que no alcanzaban mermar la calidad final del producto.

El primero era la OST: Probablemente hubiera sólo 8 canciones que repiquetearan durante el transcurso de Shining Force 2 y ninguna de ellas era buena en absoluto. Ibas a estar oyendo las dos mismas tonadillas de batalla durante todo el juego excepto en el último combate. Todas las ciudades soportaban la misma serenata, a excepción de los castillos, los templos y los lugares de cierta relevancia argumental que contaban con una monótona melodía bastante familiar.


El compositor: Motoaki Takenouchi, con la partitura de Landstalker también en su haber, no estuvo lo que se dice muy inspirado en su hacer (y más cuando vengo de comentar el Streets Of Rage 2, cuya OST era épica y puntera y me pongo a contrastar). Total que la banda sonora del juego no alcanzaba ni de lejos el nivel de excelencia que ya empezaban a alcanzar otros juegos de su tiempo.

Y el segundo era la elevada dificultad, en la cual no me voy a recrear porque cuando evoco el combate final del juego me entran sudores fríos irreprimibles. Aunque más que un pero resultara un reto.



Conclusión

Básicamente, Shining Force 2 era una revisada y ampliada versión del primer juego, con la mayoría de los cambios trazados a mejor, rozando casi la perfección y haciendo de este, probablemente, el más divertido y cuidado de todos los juegos de rol de estrategia a los que he jugado.

Así que ya sabéis, si queréis vivir una epopeya inolvidable, Shining Force 2 es vuestra elección, si queréis aprender inglés, Shining Force 2 es una alternativa, y si queréis encontrar un espacio libre en el metro en hora punta, Shining Force 2 es la clave.


2 comentarios:

Pakotector. dijo...

Por favor, no me habré echado yo horas a este puto juego...
Era la primera vez que jugué a un RPG táctico y me envolvió por completo, ahora abundan pero hasta el puto Disgaea flaquea respecto a SF2!!
Un GRANDE, si señor, con mayúsculas.

Pd: Me acaban de entrar ganas de bajármelo, Jaja

Hugo Bolas dijo...

Gallego estúpido, 'BoWiE Ez hUn NoMbrE TonTo', 'La ToRtUgA eS fEa'. Pero andá a hacerte romper el orto. Además, ni siquiera mencionaste que se podían customizar los nombres. 0/10.